Podría abrir los ojos.

Hoy no sonreiré, no tengo motivos para hacerlo.
No recibiré sonrisas, ¿Para que? ¿Para dudar más?
Hoy me di cuenta, en ese sueño tan peculiar de anoche, que aun no puedo olvidar.
Era negro y azul, te observaba, tu me mirabas de reojo mientras hablabas, se me escapaba una sonrisa que no quería emitir, pero se fugo de mi ser. Justo me miraste, sonreíste igual, pero tus ojos te delataron, eso fue una mueca, no una sonrisa amistosa.
Me di cuenta que solo he perdido tiempo, se acaba la esperanza, añoro esos viejos tiempos donde te miraba como en un juego de niños, pero hemos crecido y lo que siento crece conmigo, pero tu, no se.
Mi sonrisa se borra como un mensaje de amor en la arena, como la caída de una torre de naipes.
Pensaba que algún día viajaríamos al fin del espacio, en un cohete de papel lustre, exploraríamos estrellas y asteroides, donde tendríamos que luchar contra extraterrestres para estar juntos, llegaríamos a Plutón, viviríamos allí, en una casita de palitos de helados.
Pero pierdo las fuerzas de la espera, hubiera sido tan lindo si te abría encontrado antes en mi camino, hubiéramos explorado estas tierras desconocidas juntos, al unisonó, como una canción infantil.
Ha sido un año aproximadamente, donde mantengo la llama de la fe en ti, empieza a apagar, hay un dicho chileno que dice “Donde hubo fuego, cenizas quedan”; Acá hubo fuego de mi parte, y hasta con el agua prendo por ti.
Me iré a recorrer las calles a pie como dice la canciones aquella tan bonita, mientras te aclaras y podríamos jugar este juego juntos, o solo dejara de jugar y perder como en la guerra, donde se derramo solo mi sangre, pero no importa, sanaran las herida, ya algunas cicatrizaron, dejando marcas para toda mi vida, algunas son finas pero levantadas, otras gruesas y moradas, podría maquillarlas para ocultarlas, pero ¿Para que? ,¿Para olvidarlas?, eso es cobardía, mejor y más noble es aprender a vivir con aquello.