Atrapo.

Una noche una persona mientras dormía la llamaron por teléfono, cuando contesta se le acelera el corazón, ya que la persona que más quería le pedía un encargo muy peculiar, lo cual era atraparle una estrella fugaz que en esa noche lloverían por montones, esta personita común se prepara con una red para poder recibir las estrellas que el firmamento le entregaría, cuando empezó la lluvia él atrapo un montón incalculable, las enfrasco y las refrigero para conservar su brillo y luminosidad, el refrigerador brillaba más que el mismo sol, de pronto se apagaron por un error de enfrascamiento.

Webás

Siénteme.

Deten el tiempo, siénteme, aprende a sentirme.
¡Alto!, ¡Piensa!, ¿Qué sientes?
¡Piensa!, ¿Qué son las emociones?
¿Has pensado lo que siento?
¿Te interesa?

Te dije siénteme, ¿No sientes en temblor de mis piernas?, las nauseas, las malditas nauseas.
Desliza tu mano, tus dedos, la palma por mis mejillas, cierra los ojos y mira los colores de tu inconsciente produce como un prima de luz blanca.
Deja que suene…
Deja que suene el teléfono, déjalo.
¡Piensa!, que el “ring-ring” es la música de fondo, como en esas viejas telenovela.
¡Piensa!, que es son los compases de una melodía perfecta.
Siente mi corazón, sus palpitaciones aceleradas como una taquicardia producida por ti, te las regalo, son tuyas.
¿Bailemos?, si bailemos, al ritmo de mi corazón alterado, al de tu respiración fuerte y al ring-ring del teléfono.

Creo que fue un día de no olvidar, no fue una ocasión que prontamente se guarda, es mejor recordar, cerrar los ojos y tratar de sentir nuevamente.
Me sentí danzando en tu boca, en esa ocasión el tiempo se paralizo, los transeúntes perdieron la visión, convirtiéndose en un secreto entre maniquíes, vendedores distraídos y nosotros.
Sí, un día que no olvidaré, sin duda, los nervios estrujaban mi estomago, mi corazón se aceleraba, al punto de escapar, lo vi correr por las calles, ojala algún día podre encontrarlo.

Deseaba volar.

Toda la vida todos han querido tocar la luna, recuerdo a una pequeña que quería recorrer el trayecto de la tierra a la luna bailando.
Con el tiempo ella se percato que la observaba todos el día mientras ella solo obtenía intentos fallidos, y me dijo: “Señor, quiero comer un trozo de luna, pero no puedo llegar a ella, me gustaría danzar por el aire hasta piñizcar la luna.”
Yo quede un tanto estático y pensé como ayudarla, le dije que yo la ayudaría.
Un día la subí a un sube y baja, lanzándola hacia la luna ella voló pero la gravedad le interrumpió su viaje.
Esto ya era personal entre nosotros y la señora amargada gravedad que no dejaba disfrutar a esta pequeña niña.
Busque un libro donde apareciera un secreto para que despegue la niña a la luna, leí y leí, encontrando una pócima para la niñita, recorrimos todo el desierto, dunas de azúcar y cataratas de miel, hasta recolectar los ingredientes.
Cuando preparamos esa bebida la pequeñita lo tomo, esperamos el efecto, la subí a un columpio, le di velocidad, hasta que salto, empezó a danzar como una pluma en la briza, giraba y saltaba en el aire, yo la observaba hasta que desapareció de mi vista en dirección a la luna, me sentí alegre al vencer a la aburrida gravedad.

Efecto lentes.

¿Por que en las series o películas gringas, las personas que usan lentes las representan como unos completos perdedores?, estigmatizaciones estúpidas.
Opino que todo va en la actitud del individuo portador de este aparato oftalmológico para ver mejor.
Por ejemplo, esas mujeres que se ganan la vida fácilmente y se disfrazan de secretarias cachondas, no se ven mal con anteojos, por lo contrario se ven sexys.
También existen los casos de algunos jóvenes que utilizan lentes y les da un toque especial de moda, como si fueran un postre y los anteojos la guinda que los decora, igualmente los estudiantes que son un tanto lentos, para no decir porros que son portadores de lentes y se ven intelectuales casi Mateos, engañando a cada transeúnte que piensa: “ese niñito o niñita podría ser el próximo puntaje nacional”.
Podría escribir tantas cosas respecto a los anteojos, como esa moda que estuvo en la década de los 80 próximamente a los 90, que los usaban gigantes casi cubriendo toda la cara de las personas, eso era para dos utilidades:
1: Mejorar la visión
2: Usar los lentes como escudo facial.
O los lentes redondos sumamente pequeños, creerían que entre más grandes se les agrandarían los ojos.
Es algo misterioso, que solo la moda y Dios entenderá.

Necesita lustrarce.

En uno de esos espacios paralelos, donde siempre visito y admiro, conocí a una casa.
Todos dirán, “Una casa, pero si vivimos en ellas, las casas no son tan especiales, ni desconocidas, bobo.”
Esta era especial, tenía dos ventanas miopes, una gran puerta y una chimenea por donde respiraba.
Esta casa estaba en venta, todas las personas que la visitaban la encontraban rara o no atractiva.
Esa casa radiaba inseguridad, por los ladrones o fantasmas, se retraía o se volaba en su imaginación.
Ella quería ser habitada, cada presunto comprador se arrepentía antes de comprarla, ella hasta se mentalizo que seria inhabitada ya que era del gusto de nadie.
Un día uno de esos tantos vendedores que intento venderla le dijo: “Casa, tu eres bonita, tienes atributos, pero se ve en tus ventanas que eres insegura, tu autoestima esta sucia, debes encerarla y pasarle lustra muebles.
La casa abrió sus ventanas al sol, pensante se quedo y empezó su cambio.